Fisioterapia pediátrica

¿Qué es la fisioterapia pediátrica?

La fisioterapia pediátrica es la disciplina de la fisioterapia que se encarga del asesoramiento, tratamiento y cuidado de aquellos bebés, niños/as y adolescentes que presentan un retraso general en su desarrollo, desórdenes en el movimiento (tanto congénitos como adquiridos) o que tienen riesgo de padecerlos.

¿A quién puede ayudar la fisioterapia pediátrica?

La población infantil que puede beneficiarse de la atención ofrecida por un/a fisioterapeuta en pediatría es muy amplia y engloba:

  • Niños/as (de 0 a 18 años) que precisan de tratamiento y seguimiento para paliar, minimizar y prevenir las alteraciones en el desarrollo motor o posturales provocadas por enfermedades o afecciones de origen:
  • neurológico (Parálisis Cerebral, Traumatismos Craneoencefálicos, Espina Bífida,…)
  • neuromuscular (Atrofia Muscular Espinal, Distrofia Muscular de Duchenne,…)
  • músculo-esquelético (Acondroplasia, Enfermedad de Perthes, Luxación Congénita de caderas, Torticolis Congénita, Plagiocefalia…)
  • respiratorio (Bronquiolitis, Fibrosis Quística, Asma,…)
  • genético (Síndrome de Down, Síndrome de Rett, Síndrome de Wolf,…)
  • u otros.

¿Qué hace un/a fisioterapeuta en pediatría?

  • Lleva a cabo la valoración global del niño/a y de su entorno y establece los objetivos a conseguir con el tratamiento o intervención conjuntamente con la familia y el niño/a. Es conveniente que los objetivos se marquen a corto plazo para revisarlos periódicamente.
  • Establece el tratamiento o intervención terapéutica más adecuada a la situación del niño/a contemplando su globalidad biopsicosocial. El/la fisioterapeuta en pediatría cuenta con muchos recursos y técnicas, como las movilizaciones, los ejercicios para ganar fuerza, las técnicas de fisioterapia respiratoria, la confección y aplicación de ayudas posturales o de movilidad, la adaptación de objetos…, pero las principales herramientas son el juego y la estimulación del aprendizaje del movimiento.
  • Proporciona apoyo a las familias de los niños/as y colabora con otros especialistas del ámbito de la salud, la educación y los servicios sociales. Este aspecto favorece la participación del niño/a en las rutinas en casa, en la escuela y en la comunidad.
  • Supervisa periódicamente los resultados en función de los objetivos propuestos.